Leemos mal el
mundo y luego decimos que nos engaña.
R. Tagore
En las películas intervienen personas cuyo papel es dar un
aire de normalidad a la escena. Son personajes de relleno. Van y vienen, tan
normales que pasan desapercibidos. Llenan el espacio, hacen ruidos de fondo,
son el marco donde los actores protagonistas dicen sus textos, expresan sus
emociones y actúan recibiendo del público toda su atención, su crítica y sus
aplausos. Son los figurantes y no asumen excesiva responsabilidad en la
película. Para hacer bien su papel, es importante que no destaquen, que no
distraigan al público ni oscurezcan por su exceso de belleza, fealdad,
atractivo, o diferencia a quien protagoniza la escena. Pueden permitirse
algunos errores y posiblemente, nadie se dará cuenta.
¿ Quién no se ha reído cuando un crítico nos ha hecho observar
que en una película de romanos uno de los extras llevaba un reloj que aún no se
había inventado?
Algunos figurantes miran con envidia la actuación de los
actores protagonistas y desean para ellos ese papel. No todos lo van a lograr.
Tampoco todos van a luchar para conseguirlo.
En la película de nuestra vida, ¿ qué somos, figurantes o
protagonistas? ¿Nos limitamos a representar el relato que otros han escrito
para nosotros o somos nuestros propios guionistas? ¿Buscamos el aplauso?
¿Tenemos la crítica? ¿Preferimos destacar o pasar desapercibidos?
No es fácil pasar de figurante a protagonista. Hay momentos
clave en los que nos damos cuenta de que la vida no es ningún juego y que va
totalmente en serio.
El espectáculo no sólo debe continuar, sino que cada escena
debe vivirse plenamente antes de que en la pantalla aparezca la palabra
"fin".
PD: Ánimos, fuerza. Hay momentos en los que el corazón duele y parece que se rompa a pedazos. Aún así, todo se vuelve a reconstruir. Muchos besos compañero de Caracas ;-)
Helena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario